Autor: El café de la Historia
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La pérfida Albión
Los británicos, que tienen un alto concepto de sí mismos, siempre se han definido como gente de confianza, un país confiable, los buenos de la película para entendernos. Pero si damos un vistazo a la historia es inevitable que nos entren ciertas dudas.
Un país que tiene esos enchufes diabólicos con tres clavijas y a un voltaje diferente, que la moqueta ejerce de ecosistema y paraíso terrenal de ácaros en todos los rincones de sus casas, que conducen al revés, beben la cerveza caliente, y su cocina es a la gastronomía lo que la música militar a la música, ya de entrada da cierto reparo.
Los «confiables» que han invadido el 90 por ciento de naciones del mundo
Pero, peculiaridades británicas al margen, la pregunta del millón es la siguiente:
¿Son los ingleses una nación de fiar como ellos mismos defienden? ¿Seguro?
¿Es posible fiarse de una nación que ha invadido el 90 por ciento de los países del planeta?
Sí, han leído bien. Inglaterra, Gran Bretaña, corsarios bajo su patente, el Imperio Británico, como ustedes prefieran, han sometido, subyugado, colonizado, «liberado», arrasado o invadido de una manera u otra a 171 de las 193 naciones que actualmente conforman las Naciones Unidas.
Un porcentaje del 88,6 %, que no está nada mal.
Visto de otra manera, sólo 22 naciones (recuerden, de un total de 193) del mundo no han sido nunca invadidas por la pérfida Albión.
Los de fiar.
Todos los países que hemos invadido
Estas cifras emanan de un estudio llevado a cabo por el historiador inglés Stuart Laycock y plasmado en el libro «All the Countries We’ve Ever Invaded: And the Few We Never Got Round To.«, que concluye que la presencia militar británica a lo largo de los últimos siglos en países extranjeros es la más elevada del conjunto de naciones en toda la historia de la humanidad.
Hagamos un repaso a la lista de los países nunca hollados por las botas de los militares británicos con algunas curiosidades y puntualizaciones…
El club de los veintidós
Así, «El club de los 22» sería, por orden alfabético, el siguiente:
Andorra, Bielorrusia, Bolivia, Burundi, Chad, Costa de Marfil, Guatemala, Islas Marshall, Liechtenstein, Luxemburgo, Malí, Mónaco, Mongolia, Paraguay, República Centroafricana, República del Congo, Santo Tomé y Príncipe, Suecia, Tayikistán, Uzbekistán y la Ciudad del Vaticano.
Andorra, Liechtenstein, Luxemburgo, Mónaco, y la Ciudad del Vaticano, con toda probabilidad se libraron por su irrelevancia y minúsculo tamaño o, en el caso del Vaticano, porque hubiera sido meterse en un jardín de proporciones bíblicas, y nunca mejor dicho.
Bielorrusia, Tayikistán y Uzbekistán pertenecieron a la Unión Soviética, y ésta también sufrió la presencia militar británica en apoyo al bando anti bolchevique conocido como «Movimiento Blanco» en el marco de la guerra civil rusa que sufrió el país entre 1917 y 1923.
En este apartado también entraría Mongolia que aunque nunca ha pertenecido a la URSS, hay serias sospechas, y así Laycock las plasma en su libro, de que durante esta guerra, una expedición británica se adentró en la cuna de Gengis Khan con intenciones poco amistosas.
Los casos americanos
En el capítulo americano tenemos un caso similar en Bolivia y Paraguay. Aunque en el estudio no constan como invadidos nunca por los ingleses, ambos países pertenecieron al Virreinato del Río de la Plata en el que hasta en dos veces casi consecutivas (1806 y 1807) desembarcaron tropas británicas con intenciones muy «confiables» aunque en ambas ocasiones, tras sangrientas refriegas, fueron finalmente repelidas.
El caso de Guatemala es diferente ya que, aunque según el historiador tampoco consta como país invadido, hay que recordar que desde el vecino Belice, y ya en el siglo XVII constan enfrentamientos e incursiones de los ingleses en territorio actualmente guatemalteco.
Sin ir más lejos, y por poner un ejemplo, la conocida como Batalla del Cayo de San Jorge, acaecida el 10 de septiembre de 1798, cuyo aniversario se celebra la fiesta nacional en la ex colonia británica.
Las excepciones africanas
En los países africanos, la explicación es que la mayoría de estas naciones, (Burundi, Chad, Costa de Marfil, Malí, República Centroafricana, República del Congo, Santo Tomé y Príncipe), como también es el caso americano de Bolivia y Paraguay, no cuentan con salida al mar, medio hegemónico británico. En el caso de los países que sí tienen acceso al mar las razones apuntan a que, avanzado el siglo XIX, los ingleses dieron por concluida su red colonial africana centrándose en otras partes del globo más rentables, y, también, para no interferir con intereses portugueses en la zona, sus grandes aliados a lo largo de la historia.
Entre las curiosidades de la lista de países invadidos, cabe remarcar el caso del sufrido Vietnam, que fue invadido en varias ocasiones por los ingleses, aunque el recuerdo de estas incursiones ha quedado opacado por la mucho más mediática guerra que enfangó a los norteamericanos en el siglo XX.
España
España ha sido objeto de su codicia en numerosas ocasiones tanto en la Península como en ultramar.
Como recuerdo de la afición inglesa a las expediciones militares queda Gibraltar.
Y también Menorca, que fue posesión inglesa más de setenta años durante el siglo XVIII en virtud de los acuerdos del Tratado de Utrech.
Islandia, expedición punitiva
Más recientemente y en otro episodio convenientemente olvidado, otra nación europea, Islandia, fue invadida en 1940 en represalia por no querer entrar en la Segunda Guerra Mundial al lado de los aliados.
La guerra contra Zanzíbar
Y para cerrar esta entrada, volvemos a África para recordar un conflicto que tuvo lugar en 1896 y que enfrentó a nuestros amigos ingleses contra Zanzíbar.
El Sultanato de Zanzíbar, golpe de estado mediante, cambió de gobernante y el nuevo no parecía muy dispuesto a colaborar con su Graciosa Majestad, cosa que se arregló a la manera british. Declarando la guerra. La desproporción era tal entre los dos contendientes que dejó la guerra más breve de todos los tiempos: 38 minutos, aunque hay quien dice que duró 45.
A pesar de que las tropas del país africano se rindieron ipso facto, los ingleses bombardearon con saña el palacio presidencial hasta destruirlo y, por si fuera poco, hicieron pagar a los vencidos el importe de la munición gastada en tan noble tarea.
Del Club de los 22, más allá de las Islas Marshall o Santo Tomé y Príncipe que por remotos se les debieron pasar por alto, llama poderosamente la atención el caso de Suecia, otrora también un imperio pujante y expansionista pero que nunca ha entrado en los planes de excursionismo militar inglés.
De momento.
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Yo con los ingleses tengo sentimientos encontrados, por un lado me encanta su cultura pero su historia y como la manipulan me repugna. Buen artículo y de lectura simpática.
Pues nos pasa un poco como a ti, Antonio.
Gracias por leernos y nos vemos en el próximo artículo.
Los ingleses son al mundo lo que a tu edificio ese vecino discreto del que comentas a la reportera que siempre saludaba.
Ja, ja, ja, la has clavado.
Saludos Néstor.
Haciendo amigos.
Con amigos así…