Autor: El café de la Historia
ETIQUETADO EN:
Corría el verano de 1941 y los ejércitos de Hitler avanzaban imparables por la vasta estepa rusa arrasando cualquier intento de resistencia.
En aquel agosto de 1941 la posibilidad de una victoria aliada se contemplaba, como mínimo, lejana.
La visión de conjunto de una Francia totalmente noqueada, una URSS retrocediendo ante el empuje alemán y la Gran Bretaña bajo constantes bombardeos aéreos y sometida a un férreo bloqueo marítimo ofrecían un pesimista panorama.
Este desánimo era también evidente en Estados Unidos, que por nada en el mundo quería involucrarse en una guerra en la que tendría que cargar con todo el peso de derrotar a la Alemania de Hitler.
Louis de Wohl, al rescate
Para dar un giro al estado de las cosas en aquel delicado momento, agentes británicos llegaron a la conclusión de que era primordial poner en duda esa, hasta el momento, incontestable superioridad nazi.
Para ello contaron con la inestimable ayuda de un enigmático personaje, Louis de Wohl, un astrólogo de origen húngaro que viajó a Estados Unidos para hacer públicas sus predicciones.
Spoiler: Wohl era un escritor y oficial del Ejército británico, nacido en Alemania, enemigo acérrimo de todo lo que oliera a nacionalsocialismo y, muy importante, con grandes dotes como actor.
Su aterrizaje en América fue espectacular a la hora de pronosticar con antelación algunas operaciones militares alemanas. No podía ser de otra manera; Wohl contaba con las informaciones que previamente le proporcionaba el servicio secreto.
Ante los numerosos periodistas que se arremolinaban ante él, Wohl pronunciaba frases referidas a algún suceso inminente y como éste ocurría tal y como había anunciado, el prestigio del psíquico iba creciendo ante el asombro de la opinión pública norteamericana.
Desde el humilde hotel de Nueva York donde se instaló, el falso astrólogo iba recibiendo esas profecías mediante un agente que subía furtivamente por la escalera de incendios y se las entregaba por escrito a través de la ventana de su cuarto. Las informaciones que se le suministraban venían directamente de comunicaciones secretas alemanas descifradas y que un día podían referirse a una ofensiva en tal frente y otro día podían avisar de algún bombardeo en tal ciudad.
De toda formas, el adivino no anunciaba datos concretos de las operaciones que iban a suceder, para no poner en peligro las preciadas fuentes de información. Para ello se alternaban los datos sobre la actividad alemana con otros datos sobre operaciones aliadas previstas en el Magreb, Grecia o Chipre de carácter muy localizado, vago y lo suficientemente aséptico para que los alemanes no pudieran tomar acciones anticipadas que pusieran en peligro la marcha de las acciones bélicas aliadas.
Los eficaces pronósticos de Wohl eran publicados regularmente en una columna de la prensa diaria titulada «Las predicciones de las estrellas» y que era ávidamente devorada por los lectores.
La derrota escrita en las estrellas
El caldo de cultivo ya estaba listo para cumplir el objetivo con el que se había puesto en marcha la operación y en una rueda de prensa, Wohl profetizó ante una multitud de periodistas que «la derrota de Hitler estaba escrita en las estrellas», basándose en la posición que ocupaba el planeta Neptuno en su horóscopo.
Este anuncio tuvo un amplio eco en toda la prensa norteamericana.
Estaba claro que si Wohl había acertado en cada una de sus predicciones anteriores, era de suponer que tendría razón en esa gran apuesta personal por la derrota final del gran enemigo de las democracias occidentales.
El resto del mundo no fue ajeno a esta afirmación del ya célebre astrólogo y, como en un efecto dominó, en otros países comenzaron a aparecer otros adivinos que anunciaban la caída de Hitler.
En prácticamente todos los países del mundo esta historia tuvo su hueco en la prensa, auspiciado por los servicios secretos británicos, interesados en que este reto a la supremacía alemana tuviera el máximo eco posible.
La metafarsa de Wohl
El éxito completo de tan descomunal farsa llegó un mes más tarde, cuando se logró que la Federación Americana de Científicos Astrólogos, reunida en Cleveland, Ohio, dictaminase que las afirmaciones del «distinguido astrólogo húngaro Louis de Wohl eran correctas».
Tras un estudio completo del horóscopo de Hitler, esta asociación coincidía totalmente con las aseveraciones de Wohl sobre la segura derrota de la Alemania nazi. La agencia de prensa Associated Press se encargó de que la conclusión llegase a todos los rincones del país, con lo que esta sofisticada operación de propaganda encubierta se saldaba con un rotundo éxito.
Aun así, la confirmación de las predicciones de Wohl por parte de la prestigiosa asociación de astrólogos no tenía tampoco demasiado mérito; ese colectivo era también… una invención de los servicios secretos británicos.
Si te ha gustado ¡Compártelo!
ETIQUETADO EN:
¡Síguenos en las redes para no perderte los nuevos artículos!
NUESTRAS CATEGORÍAS
El Café de la Historia ha sido finalista en la edición 2021/22 de los Premios 20Blogs en la categoría «Ciencia«.
¡Gracias por vuestro apoyo!
Aviso legal – Privacidad – Política de cookies – Copyright © 2024. Todos los derechos reservados – Contacto