Autor: El café de la Historia
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Joseph Pujol
El Premio Nobel Camilo José Cela se jactaba de una particular habilidad consistente en absorber litro y medio de agua por vía anal.
Camilo José Cela y Joseph Pujol
Boutade o no, lo pregonó por los platós de televisión aunque no se topó a ningún entrevistador con el coraje suficiente para traer la palangana que pedía el dramaturgo para proceder a una demostración en directo.
Y, aunque nunca sabremos a ciencia cierta si el escritor gallego conocía la historia de nuestro protagonista y se la apropió, esta -supuesta- habilidad de Cela supone la coincidencia y el punto de partida para entender como Joseph Pujol, un francés hijo de emigrantes catalanes de Mataró nacido en 1857, obtuvo fama mundial y se ganó -y muy bien- la vida de una manera harto peculiar: tirándose pedos en directo.
Sí, sí, han leído bien. La gente pagaba por ver su marciano espectáculo en el que apagaba velas a distancia, lanzaba chorros de agua expelidos desde su culo, interpretaba piezas musicales con un clarinete y muchas cosas más.
Pero vamos al principio…
Joseph Pujol se da cuenta de algo
Todo comienza cuando Joseph Pujol, por aquel entonces un joven aprendiz de panadero de Marsella, estaba bañándose en un río con unos amigos y notó una desagradable sensación al colársele una gran cantidad de agua fría por la «puerta trasera».
Alarmado, salió a la orilla y, notó con gran alivio como el líquido salía por donde había entrado tras hacer un pequeño esfuerzo intestinal.
Ahora añadan algo de ensayo y error, un poco de práctica, unas cucharadas de imaginación, y un mucho de querer salir de un empleo y una vida que no le satisfacía en absoluto y, voilà, ha nacido una estrella. Una estrella en tirarse estruendosas ventosidades a voluntad, pero una estrella al fin y al cabo.
La futura estrella debuta en el Moulin Rouge
Estamos ya en 1887 y tras unas pequeñas actuaciones por la zona de Marsella, decide viajar a París, una ciudad que vivía uno de los momentos más efervescentes de su historia al calor de la Exposición Universal de 1889.
Se planta en el celebérrimo Moulin Rouge, inaugurado precisamente en 1889, y, ni corto ni perezoso, Pujol se presentó ante el propietario y le ofreció su innovador e insólito espectáculo a base de flatulencias.
El dueño, Charles Zidler, un hombre bregado en el mundo de la farándula, lejos de echarlo de su despacho, supo ver el potencial de Pujol, y tan sólo tres días después de esta primera entrevista, le hizo debutar en su teatro.
Nace Le Pètomane
En pocas semanas, Joseph Pujol, ya conocido como «Le Pètomane«, y su extraordinario espectáculo se convirtió en la sensación absoluta de la temporada. Las largas colas ante el teatro fueron la tónica habitual desde el estreno, y Zidler vio como su nueva atracción se convertía en la más lucrativa de entre todas las de su empresa. Y en poco tiempo, Pujol se convirtió en el artista mejor pagado del país.
La exhibición de Pujol constaba de varias partes en las que hacía gala de la versatilidad de sus intestinos para producir los sonidos más variopintos a base de rotundos pedos para regocijo del público.
Por ejemplo, en su show no faltaban un repaso al catálogo de los diferentes tipos de pedos y así, entre las risas del respetable, iba soltando el pedo de un gordo, el de una cándida niña, el de una anciana… hasta llegar al más aplaudido: el llamado pedo de costurera, una sonora ventosidad de larga duración que imitaba el ruido de una tela al rasgarse.
Pero su repertorio no acababa aquí…
Recitaba poesía ambientada en una granja, y cada animal que aparecía en los versos era imitado a base de campanudos cuescos. Si llovía, su ano imitaba a la perfección la majestuosidad de los truenos de las tormentas y, como traca final, soltaba salvas de cañonazos que sobresaltaban al respetable en una época que, recordemos, las salas no disponían de los avanzados sistemas de megafonía actuales.
En el apartado sinfónico, conectaba un tubo de goma desde su ano hasta un instrumento e interpretaba delicadas melodías al flautín tales como Au clair de la lune o, para locura del público, La Marsellesa con una ocarina.
La fama del pedómano traspasó fronteras, se emancipó del Moulin Rouge montando su propia compañía y se embarcó en giras por Europa que le llevaron a recalar incluso en España.
En la esplendor de su carrera llegó a grabar discos en los que interpretaba su clásico repertorio a base de recitación y «sección de viento», y que se vendían como caramelos.
El ocaso de El Pedómano
El estallido en 1914 de la Primera Guerra Mundial coincidió con cierto desfallecimiento de sus habilidades intestinales, y se retiró a su Marsella natal, retomó su antiguo empleo de panadero y formó una familia.
Nunca más volvió a actuar, y cuando falleció en 1945, sus hijos se negaron a entregar el cuerpo a la ciencia, la cual estaba muy interesada en estudiar el cadáver en busca de la explicación física de tamaño prodigio, llegando a ofrecer cifras astronómicas que la familia rechazó.
Respeto absoluto para un artista que, sin duda, fue un valiente, un pionero, un innovador capaz de mezclar poesía y humor, música y astracanada, declamación y trasgresión, creando un genero único en el mundo del espectáculo cuyo legado sigue vivo en forma de libros, películas, documentales e imitadores alrededor del mundo.
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Biopic sobre la vida de Joseph Pujol
El Café de la Historia ha sido finalista en la edición 2021/22 de los Premios 20Blogs en la categoría «Ciencia«.
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Una gran pedometría.
Ja, ja, ja, vuestro blog demuestra que la realidad supera a la ficción. Gracias por las risas y la cultura!
Tremendos los datos que publicáis, tremendos e increíbles.
Un saludo histórico desde Madrid.
Muchas gracias por tu trabajo. Enhorabuena!!
Excelente aporte, hacéis más amenos mis trayectos en tren.
Impresionante! Da para lo que sin duda podría ser una estupenda y divertida película