El insólito viaje de este ingeniero de sonido y productor de los músicos más brillantes de los años sesenta británicos a estrella del pop.
Pero… solo en España.
Seguidamente les contamos una historia de alguien que consigue convertirse en una estrella y consigue el éxito sin buscarlo, casi por equivocación.
Quién es Glyn Johns
Es más que posible que a muchos de ustedes no les diga nada el nombre de Glyn Johns pero no exageramos un ápice si afirmamos que estamos hablando de una de las personas más importantes en el fecundo mundo musical británico de los años 60 y 70.
Reconocido como uno de los productores e ingenieros de sonido más influyentes de los edad de oro del pop, trabajó con icónicas bandas como The Beatles, The Rolling Stones, Led Zeppelin, The Who y The Small Faces.
Sin embargo, más allá de su destacado papel detrás de los controles de sonido, Johns tuvo un breve pero surrealista paso por el estrellato como cantante pop en España durante 1967.
Esta historia, que combina casualidades, éxitos inesperados y un poco de la magia de los años 60, nos lleva a un episodio fascinante y poco conocido de su carrera.
Los inicios de Glyn Johns en el mundo de la música
En la década de los 60, Londres era un hervidero de creatividad y cambios culturales. Glyn Johns, joven y apasionado por la música, se encontró inmerso en este entorno efervescente.
A los 19 años, ya estaba trabajando como ingeniero de sonido, colaborando con artistas emergentes en estudios que permanecían vacíos los fines de semana.
Uno de los primeros grandes momentos de su carrera llegó cuando organizó una sesión de grabación para The Rolling Stones. Aunque Johns inicialmente no tenía gran experiencia, su inusual destreza y visión innovadora lo llevaron a convertirse en una figura clave para la banda produciéndose una conexión entre la banda y el productor que no sólo fue fructífera para las carreras de ambos sino que cristalizaría en sólida amistad personal.
Esta oportunidad marcaría el inicio de una carrera legendaria, aunque también plantó las semillas de un episodio inesperado: su incursión como cantante.
Glyn Johns como cantante: De «Lady Jane» al número uno en España
Una grabación inesperada
En 1966, Glyn Johns decidió probar suerte como cantante. Grabó una versión de “Lady Jane”, una balada de The Rolling Stones, acompañado por un cuarteto de cuerdas, Brian Jones al sitar y John Mark en la guitarra española. Los arreglos, producidos por Tony Meehan, exmiembro de The Shadows, dieron a la canción un aire elegante y cautivador.
Aunque la grabación no tuvo apenas impacto en el Reino Unido, se convirtió en el catalizador de su éxito en España.
La conexión española
Casi al mismo tiempo, Johns y Bill Wyman de The Rolling Stones fundaron Freeway Music, una empresa para producir y gestionar artistas.
Uno de sus proyectos fue la banda The End, que buscaba ampliar su alcance fuera del Reino Unido.
Un contacto en España los llevó a conocer a Adolfo Waitzman, un genio argentino afincado en Madrid compositor de innumerables tonadas pop en forma de bandas sonoras y sintonías de televisión incrustadas en el córtex cerebral de cualquier español del siglo XX.
Un, dos, tres responda otra vez, por poner un ejemplo.
Waitzman era también propietario del sello discográfico Sonoplay y este encuentro marcó el inicio de la relación de Johns con el mercado musical español.
Cuando Johns viajó a España para promover el disco de The End, llevó consigo el acetato de su versión de “Lady Jane”.
Sin grandes expectativas, lo presentó como una pieza adicional. Para su sorpresa, Sonoplay quedó encantado y le ofreció un contrato discográfico de inmediato.
El ascenso al estrellato
Unas semanas después, el sencillo de Glyn Johns fue lanzado en España bajo el nombre de “Glynt Johns”, un error tipográfico que se convertiría en su alias en el país.
Para sorpresa de todos, la canción escaló las listas de éxitos, llegando a auparse al número uno en una revista llamada Teleguía.
Al llegar al aeropuerto de Madrid junto a Bill Wyman, Johns fue recibido como una estrella: periodistas, cámaras y muchachas histéricas llenaban Barajas, convirtiendo su llegada en un acontecimiento pocas veces visto antes.
Johns contó posteriormente que fue un shock total ya que al aterrizar con un Rolling Stone, él se mantuvo en un discreto segundo plano pensando que la multitud estaba allí para recibir a Wyman hasta que se percató que la estrella a la que perseguían los fotógrafos y las fans era él mismo.
Días de gloria en España
Durante su breve estancia en España, Glyn Johns disfrutó de un trato digno de un ídolo pop. Apareció en portadas de revistas como Teleguía y Fans, una de las publicaciones más populares entre los jóvenes españoles. También tuvo apariciones en televisión para promocionar su sencillo, consolidando su fugaz fama.
Uno de los momentos más memorables de esta etapa fue una cena con El Cordobés, el legendario torero español, quien obsequió a Bill Wyman una chaqueta de torero bordada. Johns describió esta experiencia como surrealista, «comparable a vivir dentro de un cuadro de Dalí».
El declive de su carrera como cantante
A pesar del éxito inicial de “Lady Jane”, el segundo sencillo de Glyn Johns, Like Grains Of Yellow Sand, no logró replicar el éxito. Este tema, que contaba con la colaboración de futuros miembros de Led Zeppelin, Jimmy Page y John Paul Jones, pasó desapercibido en las listas.
Sin embargo, este fracaso en su faceta como cantante no afectó su carrera como productor e ingeniero de sonido, que continuó creciendo en los años siguientes.
El impacto de Glyn Johns
Su legado en la música
A pesar de su breve incursión como cantante, Glyn Johns es recordado principalmente por su trabajo en segundo plano.
Ingeniero de sonido en el primer álbum de Led Zeppelin, también trabajó en proyectos icónicos como “Let It Be” de The Beatles y “Who’s Next” de The Who.
Su técnica de microfonía, conocida como el método Glyn Johns, revolucionó la grabación de baterías y sigue siendo utilizada por productores de todo el mundo.
The End y su legado psicodélico
En cuanto a The End, su álbum Introspection, producido por Bill Wyman y lanzado en 1969, es considerado una joya del rock psicodélico.
Aunque su lanzamiento tardío les impidió capitalizar el auge del género, el disco fue redescubierto por coleccionistas y aficionados que los reivindicaron justamente, consolidando su lugar en la historia de la música.
Les dejamos un maravilloso vídeo de la banda extraído de la película «Un, dos, tres, al escondite inglés» del año 1969 y dirigida por Iván Zulueta en la que se puede ver a la banda paseando por la Gran Vía de Madrid mientras suena uno de sus temas más recordados: Cardboard Watch.
Volviendo a Glyn Johns y su fama en España
Una historia tan única como los años 60
El paso de Glyn Johns por el estrellato pop en España es un recordatorio de cómo los años 60 fueron una época de posibilidades infinitas y casualidades extraordinarias.
Aunque su carrera como cantante fue breve, este episodio agrega una capa más a su fascinante historia personal y profesional.
Hoy, Glyn Johns sigue siendo una figura legendaria, no solo por su monumental contribución técnica y artística a la historia de la música, sino también por estas anécdotas que capturan la esencia de una era irrepetible en la que alguien casi sin buscarlo podía acabar convertido en estrella pop.
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