Dean Reed: El «Elvis Rojo» que bailó al ritmo de la revolución
En un mundo donde los clichés parecían ser la norma, Dean Reed logró lo imposible: ser un «gringo» rockero, marxista, galán de telenovela e incansable activista político. En plena Guerra Fría, Reed cambió los focos de Hollywood por los cánticos revolucionarios, mezclando melodías pop y marxismo sin despeinarse.
Pero, ¿quién fue realmente este personaje que parece salido de una película de Wes Anderson?
Vamos a desempolvar su historia. Vale la pena.
Autor: El café de la Historia
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El nacimiento de un cowboy revolucionario
Dean Cyril Reed nació en 1938 en Wheat Ridge, Colorado, un lugar que bien podría ser el set de una película del Viejo Oeste. Hijo de una familia de clase media, Dean mostró desde joven un carisma que combinaba su rostro de película con una voz melódica. Aunque no perteneció a una dinastía de artistas, demostró tener talento para la música y los deportes, destacando como corredor de atletismo. Con una beca parcial, ingresó a la Universidad de Colorado, pero pronto abandonó los estudios para seguir su verdadero sueño: la música.
Fue fichado y apadrinado por la discográfica Capitol Records en los años 60. La compañía intentó convertirlo en una especie de híbrido entre Elvis Presley y Roy Rogers, promocionándolo como el «nuevo ídolo del rock & roll». Aunque logró lanzar varios sencillos, el mercado estadounidense no se dejó seducir del todo por las tonadas del bueno de Dean.
Su mayor hit, Our Summer Romance, no se escuchaba en su país natal, pero sí en fiestas latinas donde las baladas pegajosas eran la banda sonora de los amores adolescentes. Así comenzó su inesperada transición hacia Hispanoamérica.
Hispanoamérica: el despertar de un ídolo y un agitador
Todo cambió cuando Reed aterrizó en Chile en 1962. Con su guitarra y su sonrisa de anuncio de dentífrico, conquistó a las audiencias como un rockero romántico. Las nuevas sonoridades pop estaba en su apogeo, y Dean encajó perfectamente con su estilo fresco y juvenil.
En Argentina, Reed se convirtió en toda una sensación televisiva. Participó en programas como Sábados Continuados y Los años jóvenes, compartiendo escenario con ídolos locales como Palito Ortega y Sandro. En poco tiempo, sus baladas en inglés y español se ganaron el corazón de miles de adolescentes.
Sin embargo, mientras sus contemporáneos cantaban sobre corazones rotos, Reed comenzó a interesarse en estómagos hambrientos. Su paso por Hispanoamérica lo expuso a las profundas desigualdades sociales y económicas de la región, lo que despertó en él una vocación política que cambiaría el rumbo de su carrera. Y de su vida.
Del rock & roll a la revolución
A finales de los años 60, Dean Reed había cambiado su guitarra romántica por una más afilada y combativa. Influido por los movimientos sociales de la época, se declaró marxista y comenzó a utilizar su música como herramienta de protesta. Su activismo lo llevó a relacionarse con figuras políticas de izquierda y a participar en eventos que buscaban concienciar sobre las luchas sociales.
En 1970, Reed regresó a Chile justo antes de que Salvador Allende ganara las elecciones presidenciales. En un acto reivindicativo que pasaría a la historia, se plantó frente a la embajada de Estados Unidos en Santiago con una bandera de su país. Armado con una palangana y jabón, declaró que estaba lavando «la sangre de millones de inocentes» derramada por las políticas imperialistas de su gobierno.
Este gesto lo consagró como «Elvis Rojo», un apodo que abrazó con orgullo.
Dean Reed en el cine: entre la propaganda y el arte
Si bien su música lo hizo famoso, fue su incursión en el cine lo que cimentó su estatus como figura pública. Reed protagonizó varias películas en Sudamérica y Europa del Este, muchas de ellas cargadas de mensajes políticos.
«El Cantor» y la controversia sobre Víctor Jara
Una de sus obras más destacadas (y controvertidas) fue El Cantor, una película biográfica sobre Víctor Jara, el cantautor chileno asesinado durante el golpe de Estado de 1973. Filmada en Bulgaria con fondos de la RDA, la película buscaba rendir homenaje a Jara, pero terminó siendo un fracaso sin paliativos. Con actores búlgaros interpretando a chilenos y Reed como protagonista, la cosa quedaba como muy postiza y muchos criticaron la falta de autenticidad en la cinta.
Por si fuera poco, Joan Turner, viuda de Víctor Jara, describió la película como la «apropiación» de una historia trágica.
Documentales y apariciones en la RDA
Instalado en Berlín Oriental desde mediados de los 70, Reed se convirtió en una figura clave de la propaganda comunista. Participó en varios documentales y programas televisivos en la RDA, donde sus canciones en ruso, alemán y español eran utilizadas para promover ideales socialistas. Aunque su producción cinematográfica no tuvo el impacto comercial que él esperaba, reforzó su imagen como el «artista del pueblo».
Reed y su lucha contra Pinochet
El golpe militar en Chile en 1973 marcó un punto de inflexión en la vida de Reed. Profundamente afectado por la caída de la Unidad Popular, utilizó su música y su plataforma internacional para condenar las atrocidades del régimen de Augusto Pinochet. Fue uno de los principales representantes del movimiento de solidaridad con Chile en Europa.
En 1983, en pleno apogeo del gobierno dictatorial de Pinochet, Reed volvió a Chile para ofrecer dos conciertos. Aunque comenzó cantando sus clásicos de rock & roll, pronto incluyó canciones como Venceremos, el himno de la Unidad Popular. Su activismo lo llevó a ser expulsado del país, pero también reforzó su reputación como un defensor inquebrantable de la justicia social.
Una muerte misteriosa
El 12 de junio de 1986, Dean Reed desapareció misteriosamente. Cuatro días después, su cuerpo fue encontrado flotando en el lago Zeuthner See, cerca de Berlín. Aunque las autoridades clasificaron su muerte como un accidente, las teorías sobre un posible suicidio o incluso un asesinato alimentaron el mito de su figura.
Su amigo y cineasta Will Roberts, quien había trabajado en el documental American Rebel, dudó de la versión oficial, sugiriendo que Reed podía haber sido víctima de una conspiración.
Hasta el día de hoy, las circunstancias de su muerte siguen siendo un misterio.
El legado de Dean Reed
Dean Reed es recordado como un personaje único en la historia cultural y política. Su vida, llena de contradicciones y pasiones, refleja la complejidad de un mundo partido en dos por ideologías opuestas. A pesar de las críticas y los fracasos, su historia sigue siendo una inspiración para quienes buscan desafiar las normas establecidas.
En un mundo donde los artistas suelen evitar los riesgos políticos, Reed se atrevió a alzar la voz. Fue un rockero, un actor, un activista y, sobre todo, un idealista. Su legado no radica en su éxito comercial, sino en su valentía para vivir según sus principios, aunque estos lo llevaran a un camino lleno de controversias y sacrificios.
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