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James Graham y la cama celestial: teatro de medicina y sexo en el siglo XVIII

Si investigamos acerca de James Graham, nos encontramos con una figura que se mueve entre la genialidad y la charlatanería. Este escocés nacido en 1745 no solo fue un precursor de la sexología moderna, sino también un maestro del teatro aplicado a la medicina.

Con su famosa «cama celestial» y sus extravagantes templos dedicados a la salud y la fertilidad, Graham dejó una marca imborrable en la historia, aunque no precisamente por sus avances médicos.

Un pionero excéntrico

James Graham nació en Edimburgo, hijo de un talabartero (un artesano dedicado a hacer correajes, cinturones y cosas así). Estudió medicina en la Universidad de Edimburgo, aunque nunca completó su formación. Durante sus viajes por Estados Unidos y Europa, recopiló ideas sobre alquimia, magnetismo, electricidad y métodos curativos que luego aplicó en sus tratamientos, siempre rodeados de un aura de misticismo y teatralidad.

En 1775, Graham abrió su primera clínica en Londres, conocida como el Templo de la Salud, una antigua mansión reformada. Años después inauguró el Templo de Himeneo en Pall Mall, dedicado específicamente a ayudar a las parejas casadas con dificultades para concebir. Con su carácter garboso y excéntrico, Graham se convirtió rápidamente en una figura popular, objeto de burla en obras de teatro, poemas y artículos periodísticos. Mientras algunos lo veían como un visionario, otros lo consideraban simplemente un loco.

La cama celestial: un derroche de creatividad

La cama celestial, situada en la habitación principal del Templo de Himeneo, era el invento más famoso de Graham. Este lecho vibratorio y electrificado no solo prometía curar la infertilidad y la impotencia, sino también mejorar la salud general y la felicidad conyugal. Diseñada para ser una experiencia multisensorial, la cama era una verdadera obra de arte tecnológico para su época.

La cama celestial
La cama celestial

Diseño y tecnología

  • Materiales terapéuticos: El colchón estaba compuesto por una mezcla de paja de trigo, avena, flores de lavanda, pétalos de rosa y crines de caballo. Todo pensado para proporcionar una experiencia cómoda y relajante.
  • Efectos sensoriales: La cama estaba rodeada de espejos, luces intermitentes y columnas decorativas con vidrios de colores. Además, liberaba fragancias orientales y gases «etéreos» como óxido nitroso, también conocido como el «gas de la risa».
  • Sonido celestial: Los movimientos amatorios activaban un sistema de tubos de órgano que emitía música en sincronía con la pasión de los usuarios. Una verdadera banda sonora personalizada.
  • Estructura adaptativa: La cama podía inclinarse para adaptarse al ángulo “óptimo” para el tratamiento, mientras una cúpula decorada con dioses griegos completaba la experiencia.
La cama celestial
La cama celestial

En la cabecera de la cama, un cartel brillante recordaba a los usuarios su misión divina:

“¡Sed fructíferos, multiplicaos y llenad la tierra!”

Manual de instrucciones: precio celestial, uso individual

Para disfrutar plenamente de los supuestos beneficios de la cama celestial, el cliente debía seguir un ritual casi litúrgico.

Primero, tras pagar las elevadas cincuenta libras, se le conducía a una estancia perfumada con fragancias orientales y ataviada con flores frescas, tórtolas vivas y sugestivos cuadros eróticos. Se le instaba a despojarse de sus ropas (con la moderación que el decoro permitiera) y a tumbarse en el colchón compuesto de paja, lavanda, crines de caballo y pétalos de rosa.

Una vez recostado, debía relajarse mientras suaves vibraciones magnéticas recorrían su cuerpo, acompañadas por sutiles descargas eléctricas y una música etérea que emergía de tubos de órgano activados por sus propios movimientos. A medida que el fervor aumentaba, los sonidos se intensificaban, creando una atmósfera casi divina.

La cama, además, podía inclinarse para favorecer la postura más propicia para la fertilidad. Todo ello, bajo la inspiradora mirada de dioses griegos pintados en la cúpula y con el solemne recordatorio luminoso: “¡Sed fructíferos, multiplicaos y llenad la tierra!”.

Eso sí, para preservar la moralidad pública, el uso era estrictamente individual.

¡Nada de duelos amorosos sobre el divino colchón!

Porque a pesar de las promesas de Graham, no se permitía su uso por parejas, lo que dejaba en el aire la eficacia de su «tratamiento» y un aluvión de preguntas sin responder acerca de la efectividad de su invento estrella.

Terapias insólitas

La cama celestial no era el único invento de Graham. Entre sus métodos más curiosos destacaban:

  • El trono magnético: Una silla que emitía descargas eléctricas para tratar el reumatismo.
  • Bañeras electrificadas: Diseñadas para revitalizar el cuerpo mediante pequeñas descargas.
  • Colchones de pelo de semental: Recomendados para aumentar la fertilidad.
  • Higiene genital innovadora: Graham sugería lavarse los genitales con agua fría o champán como parte de sus tratamientos.
  • Pastillas milagrosas: Ofrecía suplementos para tratar enfermedades de transmisión sexual.

Graham también consideraba el sexo como un acto patriótico y la procreación, un deber nacional. Reunió sus consejos en un folleto titulado “Un consejo privado”, donde promovía la salud sexual y la felicidad matrimonial.

El declive de un soñador

Aunque los templos de Graham tuvieron gran popularidad, su dependencia del éter y sus crecientes deudas marcaron su ruina. En 1784, cerró sus templos y regresó a Escocia, donde intentó establecer un nuevo consultorio. Sin embargo, su salud mental y física se deterioró rápidamente. En 1794, murió en su casa de Edimburgo mientras realizaba un ayuno extremo como parte de uno de sus últimos experimentos.

La cama celestial
La cama celestial, en tecnicolor

Legado de James Graham

James Graham fue un hombre adelantado a su tiempo en muchos sentidos. Aunque sus métodos carecían de base científica, su enfoque holístico hacia la salud sexual y su habilidad para crear experiencias inmersivas lo convierten en un personaje fascinante.

Su historia nos recuerda que, aunque la ciencia avanza, la línea entre innovación y charlatanería puede ser tan difusa y etérea como el humo perfumado que flotaba sobre la cama celestial de Graham, embriagando por igual a crédulos y escépticos.

Hoy en día, donde el bienestar se ha convertido en una industria multimillonaria, Graham podría haber encontrado un público entusiasta en las redes sociales o incluso su propio programa de televisión en el que le presentarían entre fanfarrias, lluvias de confeti y espectadores entregados como el CEO de Éxtasis Magnético S.A., Fertilidad Ilimitada o Pasiones Electromagnéticas Corporation.

¡Larga vida a los inventores de sueños imposibles!


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Fuentes consultadas

Enciclopedia Británica (James Graham)
James Graham – Encyclopædia Britannica


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EL AUTOR

Fernando Muñiz

Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.

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