Autor: El café de la Historia
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Beatle Barkers, 1983
En 1983, alguien pensó debió pensar que con la banda más famosa del planeta había que hacer algo que no hubiese hecho nadie antes, una vuelta de tuerca, un paso más allá en el concepto «versión de los Beatles».
Los Beatles se habían separado hacía ya más de una década y hasta la fecha había habido multitud de artistas que se habían acercado al universo de los cuatro de Liverpool con versiones de todo tipo con mayor o menor acierto; adaptaciones en clave de música clásica, jazz, soul, funk, rock, bossa nova, salsa, easy listening, y un etcétera tan largo como estilos musicales existan.
Pero lo que nadie se había atrevido jamás es a perpetrar un álbum de versiones de los Beatles interpretado por completo por… perros.
El consumo de marihuana tuvo algo que ver, ya verán.
Lo que para unos fue una genialidad sin parangón para otros fue el horror absoluto.
Sea como sea, este álbum vendió en su lanzamiento más de 800.000 copias en Australia y Nueva Zelanda.
Detrás de este engendro/maravilla (posiciónense al gusto del consumidor) había dos personas: el ingeniero de sonido Roy Nicolson y, sobre todo, el productor Gene Pierson.
Gene Pierson
Este veneciano nacido como Giancarlo Salvestrin en 1946 emigró muy joven a Australia y ya a principios de los años 60 empezó una modesta carrera musical.
En 1965 es llamado a filas para ir a luchar a Vietnam y se fuga a Nueva Zelanda, y en el Galaxie, el mejor club nocturno de Auckland en aquel momento, se presenta como Gene Chandler, un supuesto famoso artista de primer nivel australiano, consiguiendo ser contratado como artista residente.
Reach Out – Gene Pierson
Pasado un tiempo, un tal Eldred Stebbing, una de las personas que movían el cotarro musical en la efervescente Nueva Zelanda de los años 60, acudió al Galaxie y quedó impresionado con el talento de esa supuesta estrella australiana famosa (recuerden, no era famoso, ni una estrella y ni siquiera era australiano) convirtiéndose en su mánager y cambiándole el nombre artístico a Gene Pierson a la vez que lo fichaba para su discográfica Zodiac Records.
Durante los años 70 regresa definitivamente a Australia donde compagina su carrera musical con el periodismo y acaba convertido en mánager y promotor de conciertos organizando las giras australianas de artistas internacionales de primera fila como Sammy Davis Jr, Dusty Springfield. Frank Sinatra, Shirley Bassey o Trini López.
Pierson tuvo un papel fundamental en el lanzamiento y posterior éxito de AC/DC, aupó a unos jovencísimos INXS y fue el pionero en traer a tocar en directo a Australia a una nueva y prometedora banda nueva llamada Queen.
Como habrán podido observar, estamos hablando de alguien muy importante en el negocio del espectáculo australiano.
Gene Pierson conoce a Roy Nicolson
En el año 1982 Pierson conoce al ingeniero de sonido Roy Nicolson que venía de firmar un gran éxito en Inglaterra con el tema I eat cannibals de una banda femenina llamada Toto Coelo.
I eat cannibals – Toto Coelo
En definitiva, una astracanada ochentera trufada de estética kitsch, luces de neón, colores pastel y unas coreografías imposibles perpetradas por unas chicas que bien podrían ser unas primerizas Bananarama ataviadas de ¿trogloditas? con calentadores y tacones vertiginosos.
Pierson se interesa por dos asuntos primordialmente: por la parte cómica del pop (una variante nada explotada en las antípodas hasta ese momento y en la cual los británicos son auténticos maestros), y por el uso de los sintetizadores en las grabaciones.
Y, entre una densa nube de marihuana, con la siguiente pregunta medio en broma en la que confluyen estos dos intereses de Pierson a Nicolson empezó todo:
- Oye, ¿y tú con ese sampler podrías emular a animales cantando?
- Supongo que sí…
- A ver, prueba a hacer el Paperback writter por perros ladrando.
Y así nacieron los Beatle Barkers.
Paperback writer – Beatle Barkers
El resultado complació a Pierson que encargó a Nicolson la grabación de más temas para hacer un álbum completo de versiones de los Beatles que se publicitaría como a cargo de un Pup combo (combo de cachorros).
Los ladridos fueron reales excepto los más armónicamente complicados que estuvieron a cargo de un imitador.
En una reciente entrevista, Pierson recuerda el proceso de grabación:
“Cuando se trataba de una nota sostenida no funcionaba y yo quería tener un buen perro aullando, pero los perros no tienden a sostener la nota cuando aúllan. Suben y bajan de tono y no funciona musicalmente. Así que buscamos un perro profesional.
Sabía que había una película sobre un perro que cantaba, lo localicé y conseguí una grabación de ese perro, pero tampoco funcionó. Pero luego encontramos a un tipo que hizo una imitación de perro realmente increíble. Así que lo contratamos para que hiciera una sesión, solo para las notas sostenidas que los perros no podían darnos. Es un poco Milli Vanilli, ja ja ja.
Esas largas notas aulladoras no son en realidad un perro real, pero todos los demás sí lo son. “
“No recuerdo su nombre”, continúa Nicolson, “pero lo colocamos frente al micrófono y la primera vez que ladró salté porque pensé que había un perro en el estudio. Sonaba más como un perro que muchos perros.»
Aparte de perros, hay toda una granja de animales que van apareciendo por las distintas canciones pudiendo escucharse gallos, cabras, ovejas y otras bestias de corral.
La grabación duró dos semanas y los músicos son desconocidos, solo se sabe que eran alemanes y la autoría global del artefacto se atribuyó a «The Woofers and Tweeters Ensemble» no apareciendo acreditados ni el imitador de perros, ni Nicolson ni Pierson que se negaron a poner sus nombres en él, por temor a que empañara sus otros proyectos o incluso a su propio prestigio.
A este respecto recuerda Pierson:
“Es vergonzoso, es una blasfemia”, se ríe Pierson, “tienes a los Beatles, los mejores compositores del mundo y tienes perros, vacas y ovejas cantando sus canciones. Así que permanecimos muy anónimos. Conseguimos esta portada chiflada con la mitad de cabezas de Beatle y perros o lo que sea e hicimos aquel anuncio loco. Un par de semanas después, estaba conduciendo por Sídney y sonaba en todas las emisoras. Y la gente estaba entusiasmada con el disco en todos los lugares a los que iba.»
Lo publicó el sello Passport Records y, al poco de su lanzamiento había vendido la friolera de 800.000 copias solo en Australia y Nueva Zelanda, gracias en parte al comercial televisivo que alude Pierson en el párrafo anterior.
Pasó mucho tiempo hasta que se dieron cuenta de que un disco que solamente habían licenciado y lanzado en Australia y Nueva Zelanda, había cruzado fronteras y estaba siendo vendido bajo otras denominaciones y con otras portadas en todo el mundo con unas cifras de ventas millonarias lo que les llevó a contratar abogados para intentar contener tanta piratería desbocada.
Hoy en día, tanto Pierson como Nicolson ven el disco con cierto cariño y lo consideran el fruto divertido del consumo de marihuana a principios de los años 80.
«Todo se hizo con descaro y como algo divertido«, reflexiona Pierson. “Nunca fue la intención de ser serio. Fumábamos algo de marihuana en esos días y nos parecía muy divertido. Todavía es divertido, de vez en cuando hoy en día, estoy por casa y el perro se acerca y comienza a aullar, el gato se escapa, los niños hacen guau y mi esposa huye de mí.
Todo eso aún sucede. Es bastante vergonzoso”.
El disco completo
Listado de canciones del álbum y enlaces
- I Want To Hold Your Hand
- Love Me Do
- Ob-La-Di Ob-la-Da
- We Can Work It Out
- I Saw Her Standing There
- I Feel Fine
- Can’t Buy Me Love
- All My Loving
- Day Tripper
- She Loves You
- A Hard Day’s Night
- Paperback Writer
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