Si alguna vez te has quejado de que «nunca te pasa nada bueno», tal vez quieras reconsiderarlo después de conocer la increíble historia de Bill Morgan. Este australiano, que en 1999 pasó de estar clínicamente muerto a ganar la lotería dos veces, es un ejemplo vivo (muy vivo, de hecho) de que la suerte a veces tiene un sentido del humor retorcido.
La historia del hombre que venció a la muerte y a las probabilidades
De camionero a milagro médico
Bill Morgan, por aquel entonces un simple y humilde conductor de camiones de 37 años, jamás imaginó que el destino le tenía preparada una montaña rusa de eventos. Su vida dio un giro brusco cuando sufrió un accidente de tráfico que lo dejó al borde de la muerte. Lo que parecía un desafortunado incidente se convirtió en el primer acto de su epopeya personal.
En el hospital, Bill sufrió un paro cardíaco que lo dejó clínicamente muerto durante 14 minutos. Sí, 14 minutos, casi un cuarto de hora, el tiempo suficiente para que la mayoría de nosotros haya perdido cualquier esperanza de volver a encender las luces. Sin embargo, Bill desafió las probabilidades. Aunque quedó en coma durante 12 días, los médicos, impresionados por su resistencia, lo catalogaron como un milagro viviente cuando despertó.
¡Y no solo despertó! Regresó sin ninguna secuela grave.
Segunda oportunidad, nueva vida
Tras recuperarse, Bill decidió cambiar su enfoque de la vida. Abandonó su estresante trabajo de camionero y se dedicó a buscar estabilidad. En medio de esta reinvención personal, le propuso matrimonio a su novia de toda la vida, Lisa Wells, quien aceptó encantada. Pero Bill aún no sabía que el universo estaba a punto de lanzarle otro balón con efecto, despacito y al pie.
Para celebrar su buena fortuna, decidió probar suerte con un boleto de lotería del tipo «rasca y gana». Y vaya si acertó. Ese boleto lo hizo ganador de un coche nuevo valorado en 20.000 euros. Para alguien que vivía en una caravana de tercera mano, ganar un coche era como tocar el cielo con las manos.
Un momento que definía el concepto déjà vu
La historia de Bill llamó la atención de los medios locales, quienes vieron en él la personificación de la buena suerte. Una cadena de televisión decidió hacer un reportaje sobre su increíble historia. Pero, como los periodistas saben que el dramatismo vende, querían algo especial: que Bill recreara el momento en el que ganó el coche.
Y aquí es donde todo se vuelve raro. Incluso surrealista.
Frente a las cámaras, Bill compró otro boleto «rasca y gana», probablemente pensando que sería una escena simpática para el reportaje. Lo que nadie esperaba era que, al rascar ese nuevo boleto, Bill volviera a ganar. Y no hablamos de cualquier premio: el boleto estaba premiado con 170.000 dólares australianos (unos 140.000 euros).
Sí, sí, ¡ganó la lotería por segunda vez mientras filmaban su historia sobre ganar la lotería!
El video que inmortalizó lo imposible
En el video, que rápidamente se volvió viral (en tiempos donde «viral» aún no era un término popular), se puede ver a Bill en estado de shock, con una sonrisa nerviosa y los ojos llenos de incredulidad. «¡No puedo creerlo!», exclamó mientras mostraba el boleto ganador a las cámaras. Y no, nadie podía creerlo. Los reporteros, los espectadores y hasta el dependiente del comercio quedaron boquiabiertos.
La grabación del momento se convirtió en una cápsula del tiempo que encapsula la pura euforia de alguien que pulverizó las probabilidades. Por si acaso, la televisión comprobó el boleto varias veces antes de anunciarlo oficialmente. Por lo visto, no se fiaban del todo de Bill no fuera que los hubiera engañado a todos…
¿Qué hizo Bill Morgan con tanta fortuna?
Uno podría imaginar que Bill se embarcó en una vida de lujo, con mansiones, yates, viajes exóticos y comportamientos extravagantes. Pero no. Este hombre, a pesar de su buena suerte, prefirió mantener los pies en la tierra. Con los premios, compró una casa, se casó con su novia y procuró llevar una vida lo más tranquila y relajada posible.
Y colorín, colorado….
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