El perro Goofy y el estereotipo racista

¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

Hablar de Disney es como meterse en un buffet libre: sabes que siempre hay algo de tu agrado, pero también cosas que prefieres ignorar. Entre princesas, castillos y canciones pegajosas, también hay espacio para reflexionar sobre los orígenes y las intenciones detrás de sus personajes más icónicos. Hoy toca desmenuzar el curioso elenco principal de protagonistas del universo Disney: un ratón, un pato, dos perros y un montón de preguntas incómodas.


INICIO » EDAD CONTEMPORÁNEA » El perro Goofy y el estereotipo racista

Autor: El café de la Historia


ETIQUETADO EN:



¿Quiénes son los cuatro fantásticos?

Primero, repasemos el plantel titular: Mickey Mouse, el ratón bonachón y optimista; Donald Duck, el pato con más problemas de control de ira que un adolescente con Wi-Fi lento; Pluto, el perro «normal» que ladra y vive en una caseta; y Goofy, un perro antropomórfico que… bueno, nadie sabe bien qué hace. El grupo tiene tanto sentido como una receta de paella con piña y champú, pero su dinámica ha funcionado por décadas.

El gran misterio: ¿Qué es Goofy?

La pregunta del millón: si Pluto es un perro, ¿qué es Goofy? A simple vista, podrías decir: “Es otro perro, pero que camina en dos patas y lleva pantalones”. Pero si miras con lupa y algo de contexto histórico, la cosa se pone más interesante (y también un poco más turbia).

Goofy nació en 1932 como «Dippy Dawg», un personaje torpe, bobalicón y siempre sonriente. Pero su evolución va más allá de la simple caricatura de un animal antropomorfo. Aquí es donde entra el contexto histórico y, si tienes ganas de drama, un análisis sobre cómo el personaje pudo estar inspirado en estereotipos racistas de la época.

Disney y sus «inocentes estereotipos»

Seamos claros: Disney no siempre ha sido un bastión de inclusión y sensibilidad cultural. Películas y cortometrajes como Santa’s Workshop (1932) o Song of the South (1946) han perpetuado estereotipos raciales con la sutileza de un martillazo en el dedo gordo del pie. En este contexto, Goofy puede verse como una representación caricaturesca de los estereotipos asociados a las personas afroamericanas en Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX.

El estereotipo de la sandía

Uno de los más persistentes y ofensivos estereotipos raciales de la cultura estadounidense es el del afroamericano asociado a la sandía. Este estereotipo se originó tras la emancipación de los esclavos, cuando muchos cultivaban y vendían sandías como símbolo de libertad económica. Sin embargo, fue utilizado por racistas para ridiculizar a los afroamericanos como «perezosos y simplones». En los años 30, cuando Goofy debutó, estos estereotipos estaban profundamente arraigados en la cultura popular, y hay quienes sugieren que su comportamiento torpe y risueño podría haber sido una referencia implícita a estos prejuicios.

En cortometrajes como Mickey’s Trailer (1938), Goofy aparece comiendo sandía de una manera que parece inofensiva, pero que en su contexto histórico podría ser visto como una perpetuación de este estereotipo.

¿Por qué un perro?

Aquí llega la parte curiosa. Si Goofy representa, aunque sea de manera implícita, ciertos estereotipos raciales, ¿por qué darle el aspecto de un perro antropomorfo? La teoría es simple (y algo desconcertante): al darle rasgos animales, Disney podía incluir elementos de humor basados en estereotipos sin enfrentar la crítica directa de estar representando a humanos de forma ofensiva. Además, al contrastarlo con Pluto, un perro «real», se refuerza una jerarquía que algunos podrían interpretar como paralela a las dinámicas raciales de la época.

De esclavo a socio (o algo así)

La relación entre Goofy y Mickey también es interesante desde un punto de vista simbólico. Mientras Mickey es el líder carismático y seguro de sí mismo, Goofy es el ayudante torpe que rara vez toma decisiones propias. Esta dinámica puede interpretarse como una representación de las relaciones de poder entre blancos y afroamericanos en la sociedad estadounidense de mediados del siglo XX.

La evolución de Goofy

Con el tiempo, Goofy evolucionó y se alejó de sus posibles orígenes problemáticos. En los años 90, con la serie Goof Troop y la película A Goofy Movie (1995), se le mostró como un padre devoto y un personaje más tridimensional. Aunque sus rasgos torpes y humorísticos permanecen, el contexto histórico y cultural que pudo influir en su creación ha quedado en gran parte olvidado.

¿Qué hacemos con todo esto?

Entonces, ¿deberíamos cancelar a Goofy? Probablemente no. La historia del personaje es un recordatorio de cómo los medios reflejan (y a veces perpetúan) los prejuicios de su época. Pero también muestra cómo los personajes pueden evolucionar para adaptarse a una sociedad más consciente y diversa.

En resumen, el universo Disney es como un espejo mágico: a veces te devuelve una imagen encantadora y otras veces te muestra cosas que preferirías no ver. Pero, como diría Goofy, “Gawrsh!” (algo así como “¡Vaya!”), siempre hay espacio para aprender y crecer.

Repronto te lo explica

Si te ha gustado ¡Compártelo!

ETIQUETADO EN:

¡Síguenos en las redes para no perderte los nuevos artículos!

NUESTRAS CATEGORÍAS

Curiosidades
Contemporánea
Edad Moderna
Edad Media
Antigüedad


El Café de la Historia ha sido finalista en la edición 2021/22 de los Premios 20Blogs en la categoría «Ciencia«.

¡Gracias por vuestro apoyo!

Aviso legalPrivacidad Política de cookies – Copyright © 2024. Todos los derechos reservadosContacto