Autor: El café de la Historia
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Deuda eterna
Los orígenes del Monopoly
El juego de mesa más popular del mundo nace en 1903 gracias a Lizzie Magie y se expande como la pólvora a partir de 1935 de la mano de Parker Brothers.
A fecha de hoy se calcula que ha despachado más de 300 millones de unidades en 43 idiomas distintos entre las 111 versiones diferentes de cada país. Incluso hay una versión en braille y una Edición Mundial en la que se pueden hacer transacciones en las ciudades más importantes del mundo.
El cometido y funcionamiento del juego es de sobras conocido: acumular propiedades y dinero en un canto al capitalismo que, aunque cueste entenderlo a estas alturas, era el mensaje contrario que quiso transmitir originalmente su inventora, ya que lo concibió como una crítica a los grandes terratenientes y las fortunas especuladoras.
El Monopoly cubano: Deuda eterna
El Monopoly comunista
Bien. Ahora nos plantamos en una isla caribeña llamada Cuba en la que ha triunfado una revolución socialista.
Corre el año 1959 y las autoridades, conscientes del éxito entre la población del juego de mesa, deciden dar una vuelta de tuerca al concepto y se sacan de la chistera, tachín, una variante del juego más acorde con la filosofía revolucionaria en la que no encajaba muy bien el concepto de la propiedad privada.
Les presentamos a Deuda Eterna. El anti-Monopoly.
Reglas, objetivos y particularidades de Deuda Eterna, el Monopoly comunista
El juego cubano sigue teniendo su tablero, sus dados, sus fichas y sus tarjetas. Incluso conserva cierta estética del Monopoly original. Pero hay algunos cambios sustanciales…
Por ejemplo, los jugadores no son negociantes aspirantes a magnates sino gobiernos de países del Tercer Mundo.
Así, el objetivo principal ya no es tanto hacerse con las mayores propiedades posibles; en Deuda Eterna hay que derrotar al Fondo Monetario Internacional que en el juego adopta el papel de la banca. Una banca que tiene la potestad de no arruinarse nunca gracias al poder de emitir más dinero a voluntad.
Las tarjetas de Caja de Comunidad y de Suerte son sustituidas por Condiciones del FMI y Solidaridad y en vez de pagar seguros, inspecciones en tus hoteles o ganar premios de belleza, te pueden tocar huelgas, manifestaciones, ayudas de terceros países en concepto de «financiación de luchadores por la libertad», créditos, etc.
El tablero se divide en Norte y Sur. En el Norte están los países desarrollados, las grandes industrias y… el malvado FMI. En el Sur está Latinoamérica y las materias primas que tan imperiosamente necesita el Norte.
Al principio del juego se reparte el dinero correspondiente a cada jugador pero en esta variante cubana cobra especial importancia unas reservas de lingotes de oro que están, en principio, en manos del FMI.
Las reglas son similares al original pero cada país en desarrollo puede (y debe) levantar industrias en sus casillas para poder generar ingresos e intentar no caer en las manos de multinacionales del Norte ni del FMI.
Cada jugador debe lidiar con devaluaciones, embargos económicos y sanciones diversas para conseguir su objetivo. Por el camino debe evitar caer en casillas que provoquen golpes de estado, intervenciones de su economía o fugas de capitales.
Y un objetivo final: derrotar a un siempre pérfido, antipático y prepotente FMI que pondrá todos los medios a su alcance para (alerta, ¡spoiler!) evitar que ningún jugador/país del Tercer Mundo levante cabeza.
¿Jugamos?
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Interesante entrada!!
Muchas gracias, Ramiro.
Sería perfecta una mezcla de Deuda Eterna y el Monopoly gay edición. Un lío pero un lío muy divertido.
Gracias Juanjo. Lo de la mezcla, sólo pensarlo nos ha explotado la cabeza, ja ja.