Autor: El café de la Historia
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Stanislav Petrov
Septiembre de 1983. En aquellos días en las emisoras de radio triunfaban Every breath you take de The Police, El rock de una noche de verano de Miguel Ríos o La Dolce Vita de Ryan Paris.
Por su parte, la cartelera estaba dominada por estrenos tan de relumbrón como El retorno del Jedi, El precio del poder o Flashdance.
Y, quédense con esto que tiene su importancia, Juegos de guerra, que fue la sexta película más taquillera de ese 1983.
Juegos de guerra retrata por primera vez a adolescentes trasteando en una primitiva internet, con sus vetustos módems y sus aparatosos monitores bicolores repletos de ininteligibles líneas de comando, colándose por puertas traseras en servidores ajenos, y con un jovencísimo Matthew Broderick de protagonista hackeando desde su terminal, ni más ni menos, que al sistema WOPR (War Operative Plan Response), un trasunto del Skynet retratado unos años más tarde en la película Terminator.
Por si no han visto la película tampoco se la vamos a destripar pero vamos, que está a punto de liarse bien gorda por un lanzamiento de misiles entre Estados Unidos y la URSS.
Recuerden, estamos en 1983.
Reagan y Andropov. Guerra fría. Bromas, las justas.
El caso es que eso mismo que refleja la película, faltó la cagada de una moscarda para que pasara en la vida real.
Los hechos
El 26 de septiembre de ese 1983 un satélite ruso detecta que cinco misiles balísticos norteamericanos se dirigen hacia territorio soviético.
Stanislav Petrov estaba ese día a cargo del búnker Sérpujov-15, el centro de mando de la inteligencia militar soviética desde donde se coordinaba la defensa aeroespacial soviética.
Los ánimos entre las dos superpotencias estaban muy caldeados debido al derribo unos días antes de un avión surcoreano que había invadido por error el espacio soviético, muriendo los 269 pasajeros a bordo incluido el congresista estadounidense Larry McDonald.
Tan caldeados que la KGB había informado a sus espías en Occidente que estuvieran preparados para una posible guerra nuclear.
Con estos mimbres, Petrov, como decíamos, oficial al mando, detectó en su instrumental que cinco misiles habían sido lanzados hacia la URSS desde territorio estadounidense.
La reacción de Petrov
El sistema primero le avisó de que se había lanzado un misil. Clara e inequívocamente. Después saltó la alarma del segundo. A los pocos minutos del tercero. Y así hasta cinco.
La misión de Petrov era igualmente clara e inequívoca: debía avisar a sus superiores en caso de detección de ataque mediante un teléfono directo dispuesto para tal fin.
Pero no lo hizo. Esperó. Sabía que si descolgaba ese teléfono se desataría un apocalípsis nuclear de incierto final para todo el planeta. El acabose, vamos.
El teniente coronel Petrov, que conocía a la perfección el sistema de detección temprana que manejaba, sabía que tenía sus imperfecciones y el tiempo le acabó dando la razón; una extraña sincronía de fenómenos astronómicos, la caprichosa conjunción del Sol, la Tierra y la red de satélites soviéticos, y, además, la coincidencia con el equinoccio de otoño, que hace que los rayos del sol caigan de manera vertical, confundieron al sistema haciendo que saltasen hasta cinco veces las alarmas.
Petrov salvó al mundo no haciendo nada.
Reconocimiento mundial a Stanislav Petrov
Cuando sus superiores se enteraron del incidente le destinaron a un puesto inferior ya que, según ellos, su deber era informar a sus jefes y que ellos debían haber decidido cuál era la decisión más oportuna.
Petrov, que falleció en 2017, jamás se consideró un héroe a pesar de que su decisión evitó al mundo una funesta guerra nuclear.
Tuvieron que pasar muchos años, caer el Muro de Berlín primero y, posteriormente, la Unión Soviética, para que toda una cascada de premios y reconocimientos hicieran honor a un hombre que supo mantener la cabeza fría bajo una insoportable presión.
Stanislav Petrov, «The man who saved the world»
Matt Damon, Kevin Costner, Robert de Niro y el propio Petrov aparecen en un documental en el que se reivindica a un hombre al que sería más que justo agradecerle que en el día de hoy estemos aquí todos.
Su título: El hombre que salvó al mundo.
Aunque la URSS mantuvo el incidente oculto durante mucho tiempo para no ridiculizar a la defensa soviética, no deja de inquietar una curiosa coincidencia: El que podía haber sido el día del fin del mundo fue un 26 de septiembre de 1983. Juegos de guerra se estrenó el 2 de octubre del mismo año.
Seis días de diferencia.
Y cerramos la entrada con la lacónica pero sensata respuesta dada por Petrov a la pregunta de por qué no hizo nada:
«La gente no empieza una guerra nuclear con solo cinco misiles.»
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Tráiler de «El hombre que salvó al mundo»
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Thanks Mr Petrov
Valiente película «Juegos de guerra». Pero más lo fue Petrov, porque aquello no era una ficción y demostró lo que muchos no tienen hoy: Serenidad y sentido común para manejar una situación límite.
OTRA VEZ LA REALIDAD SUPERANDO A LA FICCIÓN.Y LAS GENTES DEL OTRO LADO DEL MUNDO CORRESPONDIENDO A LA IMAGEN QUE SE TENIA DE ELLOS.
No se puede pensár en guerra ó esperár lo minimo para comenzar una. Preparaos mejór para la paz.
Es muy dificil ser bondadoso; no creo.
Los animales no saben por
eso combaten
Piensa luego existe…. Quiere a tú projimo como a tí mismo…. RESPETAR ES LA CLAVE. Sin fronteras sin racismo sin rayas invisibles. UNIONMUNDIAL. Amén.
Brutal Petrov