Autor: El café de la Historia
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El retraso milagroso del coro de Beatrice
Beatrice es una ciudad ubicada en el condado de Gage, en el sureste del estado de Nebraska en la parte central de Estados Unidos.
Pues nos vamos a este rincón de fuerte raigambre religiosa del Medio Oeste, y más concretamente a un fecha del siglo pasado: el 1 de marzo de 1950. Y a una hora aún más concreta: las 19:27 horas.
El milagro
Ese día y a esa hora ocurrió lo que todavía se recuerda en la localidad como «El Milagro» y que podríamos calificar como una de las casualidades más asombrosas registradas en los anales de la historia, que tuvo un final feliz para todos los implicados, y que realmente supone un desafío a la estadística ya que es muy difícil cuantificar la probabilidad exacta de que ocurra el hecho que vamos a exponer.
Ese 1 de marzo, miércoles, la Iglesia de Beatrice explotó a causa de un escape de gas. La catástrofe fue descomunal, dejando tanto el edificio de la iglesia como toda la zona circundante en ruinas.
La explosión ocurrió, recuerden, a las 19:27 horas y a las 19:20 horas, con rígida puntualidad, empezaban cada tarde los ensayos del coro del templo y se temió lo peor…
A quien madruga, Dios no le ayuda
La mayoría de los componentes del coro llegaban sobre las 19:15 horas, y cinco minutos más tarde estaban ya cantando, así que en Beatrice muchos daban por hecho que una parte de su comunidad estaba sepultada bajo los escombros. Pero -milagrosamente- no fue así.
Empecemos:
Walter Klempel y familia
Walter Klempel, el reverendo, había ido a la iglesia como tenía por costumbre para tener todo preparado para el ensayo del coro. Una vez terminó estos quehaceres rutinarios se fue a su casa hasta que fuesen las 19:10 horas, que era cuando cada tarde regresaba con su esposa y su hija Marilyn Ruth. Ese día, al disponerse a salir camino a la iglesia, repararon en que el vestido de la niña estaba manchado.
La señora Klempel planchó otro y esa pequeña circunstancia hizo que estuvieran aún en su domicilio cuando explotó la iglesia.
Lucille y Dorothy
Las jóvenes estudiantes de secundaria Lucille y Dorothy eran vecinas e iban a ensayar juntas cada tarde. Lucille estaba escuchando un programa en la radio y no salió a la hora acostumbrada porque quería escuchar el final. Su amiga Dorothy, extrañada, la estaba esperando en la calle.
Las hermanas Vandergrift
Ladona Vandergrift, otra joven estudiante, estaba acabando un enrevesado problema de geometría que no era capaz de resolver. Sabía que la práctica estaba a punto de comenzar, pero a pesar de su fama de persona puntual, prefirió terminar el problema. A su hermana Royena una avería mecánica en su coche le impidió salir a tiempo así que le pidió a Ladona si le podía llevar, pero ésta estaba acabando el problema de geometría, con lo cual tuvo que esperar unos minutos y salir más tarde.
Herbert Kipf
Herbert Kipf, era de los que siempre llegaba antes de la hora, pero esa tarde había recibido un aviso importante por correo y tuvo que aplazar el ensayo diario.
Joyce
Joyce, el telégrafo de la población, retrasó su salida ya que hacía mucho frío y prefirió salir unos minutos más tarde de lo habitual. La deflagración le pilló casi llegando a la iglesia.
Sadie Estes
A Sadie Estes le ocurrió lo mismo que a Vandergrift: su coche se averió.
Harvey Ahl
Harvey Ahl tenía ese día a sus dos hijos pequeños a su cargo y decidió llevarlos con él al ensayo del coro. Instantes antes de salir se entretuvo con uno de ellos y cuando quiso darse cuenta salían hacia la iglesia unos minutos más tarde de lo habitual.
Marilyn Paul
Marilyn Paul, la pianista del coro, tenía previsto llegar media hora antes ese día. Por suerte para ella se quedó dormida, y cuando se despertó a las 19:15 horas sólo tuvo tiempo para arreglarse precipitadamente y salir corriendo hacia la iglesia.
La señora Martha Paul
En su calidad de directora del coro y madre de la pianista, llegó tarde por el simple motivo de que estuvo esperando a su hija Marilyn que se había quedado dormida.
Leonard Schuster
La señora Leonard Schuster, que acudía con su hija Susan, era de las primeras en llegar cada tarde pero precisamente el día de la explosión no acudió porque estaba en casa de su madre ayudándole con unas tareas.
Una insólita cadena de acontecimientos imprevistos
Gracias a esta extraña, sorprendente e insólita cadena de circunstancias a ninguna de las diecisiete personas que debían estar en la iglesia de Beatrice les atrapó la explosión que ocurrió exactamente a las 19:27 horas de ese día 1 de marzo de 1950.
La iglesia quedó reducida a escombros. Posteriormente se dictaminó que la causa fue un escape de gas en un gaseoducto cercano al templo que deflagró al contactar con la caldera de la calefacción del edificio que había encendido unas horas antes el propio reverendo Klempel para calentar el inmueble.
Tanta casualidad junta hizo creer a los componentes del coro en un acto divino y así, hasta nuestros días, se recuerda este hecho que desafía la lógica, las matemáticas y la estadística y hasta el propio sentido común como El milagro de Beatrice.
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Oh! Adoro estos artículos en donde se revelan estas curiosidades de la historia.
Una anécdota curiosa y fuera de lo normal
Me gustaría tener permiso para publicar este post en mi pagina de Facebook.
Pepe
Buen artículo como siempre, gracias y hasta el próximo
Otra cosa que aprendo ¡gracias!
Un beso enorme